El juego con el adulto.
Preparar un rincón de juego agradable, acogedor, de confianza, sin peligros, que invite al descubrimiento, a la creatividad, al juego, a moverse en libertad. Un espacio cuidado, con materiales pensados y con estética, donde el niño/a pueda desarrollarse y crecer de una forma sana y feliz. Para el buen desarrollo de los niños es necesario el juego diario con el adulto. Que sienta tu presencia. No hace falta participar, pero sí acompañar con la mirada, respeto, palabras bonitas, un abrazo, etc.
Pierde la vergüenza. Vuelve a ser el niño que fuiste. Mantén una actitud de juego. La actitud del adulto es muy importante a la hora de acompañar el juego. Necesitan de un adulto positivo, que comparta experiencias con él/ella, que disfrute de las experiencias, del momento, que tome en cuenta sus intereses, sus necesidades, etc.
Disfruta el momento: canta, juega, baila, disfrázate, haz cosquillas, pedorretas, etc. Este es el momento de compartir, no solo de acompañar. Jugar por el simple hecho de jugar.
Es importante que sean ellos quienes dirijan el juego.
Elige una actividad de calidad y mantén toda la atención en lo que estás realizando con tus hijos/as.
Aceptar lo que el niño quiere. El juego ha de ser voluntario.
Alentar a los niños a ser curiosos, a explorar, a manipular, etc.
Si no dedicamos tiempo a nuestros hijos/as, lo percibirán como que no son lo más importante para nosotros. El mayor regalo que le puedes hacer a un niño es pasar tiempo con él.
Crear actividades que sorprendan. Instalación de juego, un taller de luz, unas cabañas hechas con telas, etc.
El adulto debe dar confianza al niño pero dejándole libertad. Si se le facilita todo pensará que sin el adulto no es capaz de hacerlo. Debes dejar que se equivoque. Los errores dan a los niños posibilidades de aprender. Confía en él, déjale volar.
Disfruta de tu maternidad/paternidad, juega, pasa tiempo con tus hijos/as, abrázales, bésales, cógeles en brazos, etc. No te pierdas lo mejor de esta etapa. El tiempo pasa deprisa y su infancia también.
Con el juego aprenden a desenvolverse en la vida, a resolver problemas, desarrollan habilidades sociales, etc. Los niños necesitan estímulos desde que nacen. A través del juego descubren el mundo que les rodea.
El juego y el apego son herramientas fundamentales para el desarrollo del niño.
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